Hoy, mientras viajaba en
tren, he podido disfrutar de la majestuosidad de una de las
manifestaciones más bellas de la naturaleza: el amanecer. En los escasos
minutos en los que el sol asomaba por el horizonte me he preguntado, ¿cuántas
personas habrá por el mundo que viven su vida sin haber disfrutado de un amanecer?
Estoy
convencida de que hay muchísimas personas que están tan ocupadas con sus vidas,
con todo lo "importante" que tienen que hacer, que se olvidan de lo
verdaderamente importante.
Los seres humanos somos animales, vivimos en un planeta que gira alrededor de
una estrella de las millones que existen en el universo desde que éste se creó.
¿De
verdad es tan importante nuestro día a día que no podemos ni dedicar unos
minutos a conectar con el universo?
Sinceramente,
ver el amanecer es una actividad que recomendaría a todo el mundo. Es un
momento de conexión con la naturaleza que nos permite salir del caos cotidiano
y escuchar nuestros propios pensamientos y sentimientos. ¿Cuántas veces nos
permitimos ese lujo?
El
día se ve de otra manera si conectas desde primera hora con lo que
verdaderamente somos. Os invito a que os deis este regalo.