Existe una forma muy curiosa de cocinar ranas...
Si quisieras cocinar una rana, ¿cómo lo harías? Si la pusieras en una cazuela con agua caliente, saltaría fuera y desaparecería de tu vista antes de que te dieras cuenta. Sin embargo, existe una forma mucho más retorcida. Consiste en poner una cazuela con agua tibia, un entorno cómodo para la rana, y poco a poco ir elevando la temperatura del agua (a fuego muy lento) para que la rana no se percate de la subida de temperatura.......hasta que acaba hervida.
No te extrañes al leerlo, pues algo muy parecido nos ocurre a nosotros los humanos. Hay determinados sucesos que si ocurrieran súbitamente, nos alertaríamos y "saltaríamos", cambiando también súbitamente nuestro comportamiento. Sin embargo, como estos sucesos ocurren de manera paulatina y van subiendo su intensidad poco a poco, no nos damos cuenta de cuánto estamos aguantando hasta que estamos totalmente "hervidos" o, como es más común en nuestro lenguaje emocional, "quemados".
¿Puedes detectar alguno de estos sucesos en tu vida? Quizá las personas a tu alrededor se están aprovechando de ti poco a poco, hasta que acabas por perder el control de tu vida. Quizá llevas demasiado tiempo sin decir "NO" a algunas proposiciones. Quizá estés hasta arriba de preocupaciones a costa de tu tiempo libre. O quizá el agua a tu alrededor todavía no esté hirviendo, pero entonces la pregunta sería ¿cuánto más calor podrás soportar?
Pero no te asustes, porque tengo una buena noticia para ti. Nosotros no somos ranas, nosotros podemos saltar igualmente aunque el agua a nuestro alrededor esté hirviendo. Aquí te dejo los pasos a seguir.
1. Detecta cuál es tu agua: qué situación es la que te supera, la que te "quema".
2. ¿Podrías saltar? Si es así, ¿Cómo sería ese salto? ¿Qué necesitarías para saltar?
3. Hazlo. Salta.
Aunque de todas maneras, lo inteligente emocionalmente sería saltar antes de que el agua de nuestro alrededor esté hirviendo. Si sigues esos pasos, voilà, volverás a ser el dueño de tu vida.